A pesar de tener un contrato de arrendamiento, existen tres problemas principales a los que te puedes enfrentar como arrendador: atrasos en el pago de las rentas, fraude de identidad y daños al inmueble. En esta entrada te explicaremos en qué consiste cada uno y cómo puedes protegerte.
Solución: para evitar la incertidumbre y las visitas a los juzgados, lo recomendable es pedir un depósito de seguridad. Esto te dará algunos recursos para poder maniobrar, en caso de que el inquilino incumpla con sus pagos. También es una señal de que el inquilino tiene una situación financiera lo suficientemente buena para rentar tu inmueble.
Solución: la única forma de protección ante estos casos es preventiva. Antes de firmar un contrato, pídele a un notario que revise y verifique toda la documentación del inquilino. Si es necesario, puedes contratar servicios de detección de documentos falsos con uso de biométricos.
Solución: establece previamente en el contrato quién es responsable de reparar qué tipos de daños. Si quieres protegerte aún más, puedes contratar un seguro de daños al inmueble que cubra hasta seis meses el monto de la renta.
Si necesitas una asesoría personalizada sobre este u otro tema inmobiliario, puedes contactarnos aquí. Será un placer atenderte.