La relación entre propietario e inquilino es esencialmente un acuerdo, similar a cualquier otro proceso de negociación. En ella, ambas partes asumen derechos y obligaciones para tener una buena experiencia que beneficie a los dos. Pero este no es siempre el caso. A continuación, te damos una serie de consejos para fomentar una relación sana y productiva con tus inquilinos:
- Enfócate en las personas: todos tenemos un mundo emocional. Cada quien tiene una historia única, repleta de expectativas y miedos. Al tratar con tu inquilino, es fundamental que consideres este aspecto y que no lo veas únicamente como una fuente de ingreso. Una actitud receptiva y abierta va a producir el mismo efecto en tu interlocutor, y te ayudará a entender mejor su postura y necesidades.
- Mantén una buena comunicación: como en cualquier relación, la comunicación importa. Muchas veces hará la diferencia entre un problema insignificante y la terminación de un contrato. En este sentido, es importante que, además de estar disponible en el teléfono o el correo, visites a tu inquilino de vez en cuando. Hablar cara a cara les dará a ambos un sentimiento de confianza y colaboración.
- Invierte en remodelaciones y mantenimiento: el ecosistema inmobiliario es sumamente competitivo. Si quieres conseguir y retener inquilinos, mantén tu propiedad en buen estado. Esto incluye, por un lado, la parte funcional, que todos los aparatos y servicios funcionen correctamente. Pero también hay que considerar el aspecto estético del inmueble. A veces tendrás que volver a pintar paredes, cambiar focos o enyesar paredes.
No olvides que tú serás el principal beneficiario si tienes una buena relación con tu inquilino. A la larga, te va a dar mucha tranquilidad estar en buenos términos con él porque habrá menos problemas y mayores posibilidades de que se renueve el contrato. Recuerda que en cualquier tipo de negociación, el mejor acuerdo es aquel que satisface a ambas partes.
