La inflación ha afectado a las tasas de interés a nivel global y, por lo tanto, a los mercados hipotecarios. Pero a pesar de este difícil escenario internacional, México ha salido bien parado.
Mientras que en varios países desarrollados se ha observado un aumento importante en las tasas de interés del crédito hipotecario, en México el ajuste ha sido moderado.
Esta resiliencia se debe a tres factores principales: la fuerte competencia de los bancos, el buen comportamiento de los portafolios que mantienen baja morosidad y las proyecciones de que la inflación empezará a disminuir en el 2023.
También vale destacar que, de acuerdo con el Índice SHF, los precios de la vivienda en México han mostrado una recuperación durante cada trimestre de este año. En el primero, el costo de la vivienda con crédito hipotecario creció 7.7%, en el segundo repuntó a 8.0%, y en el tercero alcanzó un ritmo de crecimiento anual de 9.4%. Esto demuestra una clara tendencia a la alza.
A pesar del repunte en las tasas de interés del crédito hipotecario, la demanda no se ha contraído y se ha colocado más financiamiento en 2022 que en 2021, otra buena señal de la salud del sector inmobiliario. Sin embargo, se estima que Banxico elevará la tasa de referencia hasta 10.75 u 11.00%, en el primer trimestre del 2023, antes de que empiece a bajar.
